Los valores del hombre moderno del Siglo XXI
Con el paso de los siglos el ser humano ha incorporado nuevo valores que se ajustan a los tiempos que corren. A continuación Quino explica cuáles son los valores que dominan al hombre moderno
Una pizarra para poner artículos de opinión, resumenes de tertulias, escritos nuestros, pensamientos, etc,.... donde a través de los comentarios, pudieramos expresar nuestras ideas y opiniones sobre los temas propuestos.
Haydee Mercedes Sosa (* San Miguel de Tucumán, Argentina, 9 de julio de 1935 - ) afectuosamente conocida también como “La negra”, es una cantante de raíz folclórica argentina muy reconocida en América Latina y Europa, considerada una de las exponentes principales de la nueva canción. Asimismo ha incursionado en otros géneros musicales como el tango, el rock y el pop, entre otros.
Su popularidad le ha ganado el apelativo de la “voz de Latinoamérica”, y su trayectoria ha sido resumida en las palabras de su compatriota Fito Páez: “Mercedes Sosa es la mejor cantante que ha dado este país”.
“La Negra” Sosa es muy admirada por la profundidad y singular belleza de su voz. En sus inicios poseía un registro cercano a una soprano, pero luego evolucionó hacia algo más grave. Su registro vocal es de más de dos octavas, y su punto fuerte es la potencia con que afronta los graves. Gracias a su timbre oscuro y cálido y a una perfecta entonación, se ha convertido, sin duda, en una de las voces más destacables de la historia de la música
Descendiente de diaguitas y franceses,[1] comenzó su carrera usando un seudónimo: Gladys Osorio.
En 1950, a los quince años, ganó un concurso musical organizado por una emisora local de radio y la contrataron durante dos meses.
Junto con su primer marido, Manuel Oscar Matus, con el que tuvo un hijo, y Armando Tejada Gómez, fueron intérpretes clave del movimiento de la nueva canción desarrollado a mediados de los años 1960 (que fue llamado Movimiento del Nuevo Cancionero en Argentina). Luego de publicar su primer disco en 1962 (La voz de la zafra, RCA LXA-7009),[2] que pasó inadvertido, graba un segundo álbum en 1965, Canciones con fundamento, que pasa igualmente inadvertido,[2] pero que en el futuro se volvería el disco exponente del Nuevo Cancionero. Pero fue en ese mismo año de 1965, que Mercedes Sosa alcanzó la consagración popular, cuando Jorge Cafrune la invitó por iniciativa propia a subir a cantar al escenario del Festival de Cosquín, el más importante del país.[3]
Por esa época lanzó con su voz la obra de los compositores tucumanos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez inmortalizando canciones como “Tristeza” de los Hermanos Núñez. En 1967, hizo una exitosa gira por los Estados Unidos y Europa. En los años subsiguientes, continuó actuando y grabando, extendiendo su repertorio hasta incluir material de toda América Latina.
A comienzo de los años 1970, publicó dos álbumes conceptuales en colaboración con el compositor Ariel Ramírez y el letrista Félix Luna: Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas. También hizo un tributo a la poetisa chilena Violeta Parra.
Simpatizante de Perón en su juventud, apoyó las causas de izquierda a lo largo de su vida. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, permaneció en el país a pesar de la represión y del hecho de que sus discos fueran prohibidos, hasta que en 1979, en un concierto en La Plata, fue cacheada y detenida en el propio escenario y el público asistente arrestado. Se exilió entonces en París y después en Madrid. Poco antes había muerto su segundo marido.
Volvió a la Argentina en 1982, poco después de que el régimen militar se viera obligado a iniciar el traspaso del poder a un gobierno civil, tras la Guerra de Malvinas. En esa ocasión realizó una serie de conciertos históricos a sala repleta en el Teatro Ópera de Buenos Aires, que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez que un hecho renovador de la música popular argentina, al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folclore, el tango y el rock nacional. La actuación fue registrada en un doble álbum que constituyó un éxito de ventas y uno de los discos destacados de la historia musical del país.
Como productora, organizó uno de los espectáculos más importantes presentados en la Argentina: “Sin Fronteras”, que reunió en el estadio Luna Park de Buenos Aires: las argentinas Teresa Parodi y Silvina Garré, la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa, además de la propia Mercedes.
Durante los años siguientes continuó dando recitales exitosos dentro y fuera de Argentina, actuando en estadios y en los escenarios más grandes y prestigiosos como el Lincoln Center, el Carnegie Hall donde recibió una ovación de 15 minutos, el Mogador de París y el Concertegebouw de Ámsterdam, el Teatro Colón de Buenos Aires, en el coliseo romano, etc. En 1992 cantó en la Quinta Vergara, de Viña del Mar y en el Estadio Chile, de Santiago. Fueron tres actuaciones cargadísimas de emociones y en 1993 vuelve nuevamente para intervenir en el Festival Internacional de Viña del Mar.
Siguió siempre ampliando su repertorio, y grabando en varios estilos. Fue convocada por artistas internacionales como Luciano Pavarotti, Sting, Lucio Dalla, Nana Mouskouri, Tania Libertad, Joan Baez, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Alfredo Kraus, Pablo Milanés, Milton Nascimento, Caetano Veloso, Chico Buarque, Gal Costa, Gian Marco, Konstantin Wecker, Nilda Fernández, Pata Negra, David Broza, Luz Casal, Cecilia Todd, Ismael Serrano, Shakira, entre otros.
También colaboró, en diversas oportunidades, con músicos argentinos de la talla de Atahualpa Yupanqui, Charly García, Roberto Goyeneche, Ariel Ramírez, Fito Páez, León Gieco, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Antonio Tarragó Ros, Alberto Cortez, Los Chalchaleros, Piero, Teresa Parodi, Rodolfo Mederos, David Lebón, Julia Zenko, Soledad Pastorutti, etc.
De los reconocimientos que ha recibido sobresale el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión.
También el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió por su labor en defensa de los derechos de la mujer; Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década. También recibió otra distinción, esta vez del Consejo Interamericano de Música de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Ese año fue además incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada Global Divas.
Fue condecorada con honores en el año 2005 por el “Honorable Senado de la Nación Argentina” con el premio “Sarmiento” en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha en materia de Derechos Humanos. Así también se alzó con varias estatuillas en los Grammy Latinos y los Premios Gardel. En el año 2008 fue nombrada embajadora cultural de Mendoza junto al grupo Karamelo Santo por el gobernador Celso Jaque.
Actualmente desempeñaba como Embajadora de buena voluntad de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe
Cuando hace unos meses El Periódico de Cataluña eligió a Vicente Ferrer Catalán del Año 2008, el anuncio festivo de la noticia se hizo con una canción de Sopa de Cabra interpretada por Gerard Quintana y Eva Amaral. "Vam deixar-ho tot / el cor encés pel món". Eso es lo que había hecho cincuenta años antes Ferrer: abandonarlo todo y lanzarse al mundo con el corazón encendido. En ese medio siglo, el famoso cooperante barcelonés ha cambiado la vida de cientos de miles de desposeídos y se erigió en un referente internacional del trabajo humanitario. Entre los muchos premios y distinciones que recibió destaca el Príncipe de Asturias de la Concordia, en 1998.
La biografía de Vicente Ferrer es impresionante, novelesca. Hay varios libros que lo atestiguan. El primero lo escribió Alberto Oliveras, con el título La revolución silenciosa. Oliveras fue el alma de un programa de radio emitido por la Cadena Ser entre 1960 y 1977, los miércoles a las diez y media de la noche. Se llamaba Ustedes son formidables. Era un instrumento magnífico para llamar a la solidaridad ciudadana ante situaciones dramáticas, cotidianas o excepcionales. El programa marcó una época y Vicente Ferrer fue muchas veces protagonista. De entonces acá han llovido más libros, uno del propio Ferrer, titulado El encuentro con la realidad. El último es de hace apenas un año, firmado por Anna Ferrer y editado por Espasa con el título Un pacto de amor. Mi vida junto a Vicente Ferrer.
En realidad, Anna Ferrer se llama Anna Perry, nacida en 1947 en Essex, al sureste de Gran Bretaña. Reportera de la revista Current, un día le encargaron un reportaje sobre el jesuita cooperante español. Meses después decidió volver a su lado, como una trabajadora más. Acabó casándose con el jesuita español, en una boda cuya noticia dio la vuelta al mundo. Tienen tres hijos. Cuando le preguntaban cómo pudo construir tantos proyectos desde la nada, Vicente Ferrer, bajito y delgado, vestido siempre con una camisa de color caqui, unos pantalones de algodón y una sencillas sandalias, solía contar la reacción de una persona a la que le describió el personal y la organización que lo acompañaba. Incluyó a su mujer. "Es inglesa", precisó Ferrer. "¡Claro, eso lo explica todo! ¡El latino y la sajona!", sentenció el curioso.
Ferrer nació en Barcelona el 9 de abril de 1920. No era buena fecha para venir al mundo en España. Debió pensarlo un jovencísimo Vicente Ferrer el día en que, a los 16 años, pidió el carné del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Pronto fue llamado a filas para luchar en la guerra incivil que desató en el verano de 1936 un golpe militar nacionalcatólico. Le tocó batallar en el Ebro en 1938. En la retirada del ejército vencido hacia Francia, tras la caída del frente de Cataluña, Ferrer fue internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. No había cometido delito alguno, salvo el ser joven y revolucionario, pero fue entregado por las autoridades francesas a las franquistas en Hendaya, e internado en el campo de concentración de Betanzos. Allí pasó lo que quedaba de 1939. Liberado, tuvo que cumplir de nuevo el servicio militar: en total siete años de movilización contando los años de guerra, la reclusión en los campos de castigo y de nuevo el servicio militar. Pese a todo, conservó las ganas de luchar. En 1944 abandonó sus estudios de Derecho y se hizo jesuita, con la idea de "ayudar a los demás".
En 1952 es enviado a Mumbai como misionero para completar su formación espiritual. Es su primer contacto con la India. Ya no paró de trabajar para erradicar el sufrimiento de los más pobres de ese país. Muchas veces, su labor generó suspicacias entre los dirigentes políticos, aún mayores entre los mandamases de la Compañía de Jesús. No lo expulsaron de la congregación, pero sí de la India. Treinta mil campesinos, secundados por intelectuales, políticos y líderes religiosos, se movilizaron en una marcha de 250 kilómetros para protestar. La primera ministra Indira Gandhi intervino con una solución salomónica. Ferrer se marcharía a Europa para "unas cortas vacaciones", y sería bien recibido de vuelta otra vez en la India siempre que cambiase de lugar de residencia. Ocurrió en 1968.
Vicente Ferrer regresó a España. Pronto, Indira Gandhi se preocupa por su tardanza en volver. "¿Por qué no está aquí ya?", preguntó a los amigos del tozudo y providencial misionero. Lo hizo casi un años después, en 1969, y se instaló en Anantapur (Andhra Pradesh), uno de los distritos más pobres del país. Ese mismo año dejó la Compañía de Jesús y creó, junto a quien será su esposa unos meses más tarde, la Fundación Vicente Ferrer. Hoy gestionan cinco hospitales y cientos de escuelas, levantados con las donaciones de 130.000 padrinos. Cuando faltaba dinero (es decir, casi siempre), Vicente Ferrer siempre encontraba a alguien -persona física o institución- que le solucionada in extremis sus apreturas financieras. También llevó adelante miles de programas de ayudas a agricultores para dotar de agua sus poblados y de créditos sus actividades. Es el imperio de la cooperación, una tarea impresionante incluso para quienes, como el asturiano Padre Ángel, están siguiendo sus pasos con tesón y bondad increíbles. En definitiva, con Vicente Ferrer desaparece un filántropo gigantesco y un español universal (permítase ahora tópico tan conveniente).
ENTIERRO DE VICENTE FERRER
El número y el tipo de asistentes a un entierro dicen mucho de la talla moral del enterrado. El sepelio de Vicente Ferrer –catalán, exjesuita, filántropo, fundador de la organización que lleva su nombre y responsable de la asistencia de dos millones y medio de personas– tuvo lugar ayer en el pueblo de Bathalapalli, en el caluroso y seco distrito indio de Anantapur al que llegó hace 40 años.
Bajo un cielo que parecía una manta eléctrica, se dieron cita fieles cristianos, hindús y musulmanes, políticos de izquierda y derecha, cooperantes, trabajadores de la Fundación Vicente Ferrer y unos 20.000 (una multitud pero una cifra muy alejada de las previsiones de la oenegé) miembros de las castas más bajas de la India en una ceremonia que resumió lo que fue este hombre hasta su muerte el pasado viernes a los 89 años. Ante todos ellos, su hijo Moncho, quien ahora toma el relevo del mito viviente que acaba de morir, miró al futuro y se comprometió a redoblar sus esfuerzos en la India.
El psiquiatra y ensayista Carlos Castilla del Pino ha fallecido esta madrugada a los 86 años en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba como consecuencia de un cáncer, han informado fuentes de la familia. Académico de la lengua, destacó por su impulso de las investigaciones sobre la depresión y la incomunicación humana, y por su lucha por la humanización del tratamiento de los enfermos mentales.
Nacido en San Roque (Cádiz) en 1922, Carlos Castilla del Pino, nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 1985 y académico de la Lengua, donde ocupaba el sillón "Q", es autor de numerosos ensayos e investigaciones relacionados con la neuropsiquiatría, además de dos novelas -Discurso de Onofre (1977) y La alacena tapiada (1991)-. Había intervenido en importantes congresos nacionales e internacionales de psiquiatría hasta fechas recientes.
Cursó en Madrid la carrera de Medicina, y sus comienzos estuvieron vinculados al doctor López-Ibor y los departamentos de Neuropsiquiatría, en el Hospital Provincial de Madrid, y de Neuropatología, en el Instituto Cajal. Sin embargo, fue en Córdoba donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional. Desde 1949 y hasta su jubilación, en 1987, fue jefe de los Servicios Provinciales de Psiquiatría e Higiene Mental de esa ciudad y por sus consultas pasaron más de cien mil pacientes.
Un "andaluz universal"
Durante el franquismo, el científico fue conocido como el psiquiatra rojo por su defensa de la democracia y por haber sido el adalid en España de un movimiento clínico e intelectual que luchó por humanizar el tratamiento del enfermo mental. Por motivos políticos no pudo obtener en 1960 la cátedra de Psiquiatría y tuvo que esperar hasta 1983 para que le concedieran la cátedra extraordinaria de Psiquiatría y Dinámica Social en la Facultad de Medicina de Córdoba.
Militó en el PCE hasta 1980. En 1993 fue uno de los firmantes de un manifiesto en favor de Felipe González y, en 1996, de otro contra la inclusión de José Barrionuevo en la lista de candidatos a las elecciones generales de ese año.
En los últimos años desempeñó su labor investigadora en la Fundación Aula Castilla del Pino, creada en 1993 con el objetivo de promocionar la psiquiatría y asumir las funciones del Instituto de Investigación Psicopatológica.
Castilla del Pino es autor de numerosos ensayos, entre ellos Un estudio sobre la depresión. Fundamentos de Antropología dialéctica, Dialéctica de la persona, dialéctica de la situación, La alienación de la mujer, La culpa, Sexualidad y represión, Introducción al masoquismo, Teoría de la alucinación y El delirio, un error necesario, galardonado con el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos de 1998.
El Ayuntamiento de San Roque ha decretado tres días de luto oficial por su muerte. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha lamentado la "irreparable pérdida" que supone el fallecimiento de Castilla del Pino al haber sido "un brillante ejemplo a seguir de andaluz universal".
"Fomentador de conocimientos"
El catedrático de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco, José Guimón, ha resaltado la aportación de Castilla del Pino como "maestro de una generación de psiquiatras muy numerosa e importante en España porque tenía como motivo vital la enseñanza de la psiquiatría". Por su parte, el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y director del Instituto de Atención Psiquiátrica del Hospital del Mar, Antoni Bulbena, ha calificado a su compañero de profesión de "fomentador de conocimientos", que "aglutinaba todo aquello que significa ser un maestro".
El psiquiatra Carlos Castilla del Pino, renovador de la neurología en España gracias a sus estudios sobre la depresión, la incomunicación y la humanización del trato a los enfermos, ensayista prolífico, narrador tardío y académico de la lengua, falleció ayer en Córdoba víctima del cáncer. Tenía 86 años. Llamado el psiquiatra rojo durante la dictadura, Castilla del Pino introdujo en España temas como el feminismo, el psicoanálisis y el marxismo aplicados a una perspectiva sociológica.Confesiones de un soldado israelí:
"Tratamos a los palestinos como animales"
Comienzan a surgir en la sociedad israelí las primeras voces contra la guerra. El domingo, una marcha en Tel Aviv para pedir el final de los bombardeos en Gaza y el Líbano. Hoy, una noticia que conmocionó a la opinión pública: el sargento Itzik Shabbat anunció que se negaba a participar en la ofensiva contra Beirut, "Lo hago para oponerme a esta locura y para romper con la ilusión de que todos estamos a favor de esta guerra innecesaria basada en mentiras", afirmó este joven reservista de 28 años que vive en Sderot, ciudad próxima a Gaza en la que suelen caer los misiles Qassam de Hamás.
Se acerca la hora del regreso a Gaza. Apuro las últimas entrevistas en Jerusalén. En un café de Jaffa Road, me encuentro con Yehuda Shaul, fundador de
"Todo es una locura: la ocupación, la forma inhumana en que tratamos a los palestinos", me dice. "En Israel entras al ejército con 18 años porque quieres luchar contra el enemigo de tu país, porque quieres dejar tu marca en la historia, y haces lo que te dicen, sin pensar. Y allí todo te ayuda para que no pienses. Misiones que cumplir, órdenes que seguir".
"Y no ves a los palestinos como seres humanos, los ves como animales. Entras a su casa durante la noche, los despiertas, les gritas, las mujeres allí, los hombres allí, y rompes todo. Son cosas que no harías aquí en Israel, pero las haces allí. Y, para poder hacerlo, niegas la realidad. Es la única forma. Creas entre tú y la realidad un muro de silencio".
"Te pongo otro ejemplo: si encuentras en la noche un paquete sospechoso que puede ser una bomba, llamas al primer mohamed que encuentras en la calle y le dices que lo abra. Podrías llamar a un experto que lo desactivase, tardaría diez minutos en venir, pero mejor hacer que un palestino se juegue la vida, ya que para ti es lo mismo, no lo ves como un ser humano. Yo hacía eso con mis soldados en Hebrón".
"Y también en Nablus, cuando quería entrar a una casa, si pensaba que podía haber una bomba trampa, cogía al mohamed de turno y lo obligaba a que abriera la puerta. Es parte de la rutina del ejército: usar a los palestinos como escudos humanos".
"Lo mismo cuando estás en un check point, los obligas esperar mucho más de los necesario, a veces durante horas, y coges a un palestino al azar y le das una paliza, de cada quince o veinte que pasan, para que el resto tenga miedo y esté tranquilo. Sólo así, tú que estás con cuatro soldados más los dominas a ellos que son miles".
"Y cuando entras a Gaza con el carro de combate y ves un coche nuevo, aunque tengas espacio en la carretera, pasas por encima. Y también disparas a los tanques de agua. Para meterles miedo, para que te respeten, porque esa es la lógica de lo que nos enseñan a los soldados israelíes".
"Además, eres joven y empiezas a disfrutar de ese poder, de que la gente haga todo lo que les digas. Es como un video juego. Estás en un check point en medio de la ruta, tienes a veinte coches esperando, y con sólo mover el dedo hacen lo que tú quieras. Juegas con ellos. Los haces avanzar, retroceder. Los vuelves locos. Tienes 18 años y te sientes poderoso".
"Tres meses antes de abandonar el ejército, dirigía una unidad en Hebrón, había hecho una buena carrera, así que tenía tiempo libre. Una mañana me miré ante el espejo y comprendí que todo aquello era un error y supe que no podría seguir adelante con mi vida si no hacía algo. Por eso, apenas salí, junto a los soldados de mi unidad, montamos una exposición con nuestras fotos, se llamaba Traer Hebrón a Tel Aviv".
"Cayó como una bomba en la sociedad. Vinieron parlamentarios, periodistas. Pasaron siete mil personas. Entonces creamos Breaking the silence, donde damos espacio para que los soldados cuenten los abusos que cometen sistemáticamente. Más de 350 lo han hecho. Ahora tenemos exposiciones y vídeos en Europa, en Israel".
"Alguna gente dice que son casos aislados. Las madres dicen: mi hijo, que está ahora en el ejército es bueno, no hace estas cosas, esto sólo lo hacen los soldados beduinos o los etíopes. Pero no es cierto. Todos las hacemos, porque es la lógica de la ocupación israelí: aterrorizar a los palestinos".
"Los check points no sirven para detener a los palestinos de entrar a Israel, es para que la realidad no entre a Israel. Porque esta es una sociedad de soldados, todos pasamos por el ejército tres años cuando somos jóvenes y luego un mes al año. Y todos hacemos eso. Por eso existe el muro de silencio, de negación, porque todos somos responsables y no lo queremos admitir".
"Ellos son las víctimas, nosotros los victimarios. Pero como victimarios, también pagamos un precio. Esta es una sociedad que no se anima a mirar a los ojos a la verdad, a sus propios actos. Es una sociedad, como consecuencia, moralmente enferma".
MÁXIMA DIFUSIÓN POR FAVOR.....