12 marzo 2011

POR QUÉ LA ECONOMÍA ESPAÑOLA NO SE RECUPERA








Vicenç Navarro

Este artículo analiza las causas de la escasa recuperación de la  economía española, que se basan en la escasa demanda resultado de una  disminución de la capacidad adquisitiva de la población, con el  consiguiente endeudamiento y la escasez de crédito resultado de la  crisis bancaria consecuencia de su comportamiento especulativo. El  artículo critica las políticas de austeridad que están ralentizando la  recuperación económica. Concluye que deberían hacerse políticas de  expansión de gasto público y creación de empleo como medidas de  incremento del consumo y establecer bancas públicas que garantizaran el  crédito a las pequeñas empresas y a los ciudadanos.

LA EXPLICACIÓN NEOLIBERAL

El dogma compartido por la cultura neoliberal dominante en el  pensamiento económico del país, liderado por el Banco de España y por  centros de investigación como FEDEA, financiados por intereses  financieros y económicos del país, es que la mayor causa de que no nos  recuperemos y tengamos un mayor crecimiento económico se debe al déficit  del estado (la diferencia entre los gastos del estado y sus ingresos).  Según tal dogma, el déficit público absorbe demasiados recursos, que se  sustraen de la actividad económica en el sector privado. De ahí la  supuesta desconfianza de los mercados.

De esta interpretación del porqué no  estamos saliendo de la crisis se derivan sus propuestas, desarrolladas  por el gobierno español de reducir el déficit, intentando alcanzar este  objetivo a base, primordialmente, de reducir el gasto público. De ahí  que hemos estado viendo una reducción muy marcada de los gastos públicos  en sanidad, en educación, y en otros servicios públicos del estado del  bienestar. Los recortes del empleo público en tales servicios del estado  del bienestar, y la reducción de sus salarios son consecuencia de tales  medidas de austeridad, aduciendo que tales recortes son necesarios  porque nos gastamos demasiado en la España social, muy por encima de  nuestras posibilidades. De ahí que debamos “ahora ajustarnos el  cinturón”, tal como lo definió un portavoz de FEDEA.


EL ERROR DE TAL EXPLICACIÓN

El problema con tal interpretación del porqué no estamos saliendo de la  recesión tan rápidamente como otros países es que es profundamente  erróneo. En realidad la aplicación de tales medidas de austeridad está  retrasando tal recuperación. Una prueba de ello es que los recortes del  gasto y empleo público que están ocurriendo son muy sustanciales, y lo  han sido ya durante bastante tiempo y, sin embargo, la economía no se  está recuperando.

Veamos los datos. Y el primer dato que aparece claramente es que no es  cierto que España se gaste en su estado del bienestar más de lo que  pueda gastarse. El PIB per cápita de España es el 93.5% (en 2008) del  promedio de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de  desarrollo al nuestro). Pero el gasto público social (que cubre todo el  gasto en las transferencias –como pensiones- y servicios públicos  –sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios,  entre otros-) por habitante es sólo el 74% del promedio de la UE-15. Si  nos gastásemos el promedio de la UE-15, nos gastaríamos 80.000 millones  de euros más de los que nos gastamos en el estado del bienestar. Esta  cifra, por cierto, es casi la misma cantidad que, según los propios  inspectores de Hacienda, corresponde a los ingresos al estado que éste  no recibe, como resultado del fraude fiscal, la mayoría del cual procede  de la banca, de las grandes empresas y de las rentas superiores. El  argumento de que nos gastamos demasiado y por encima de nuestras  posibilidades no es creíble y responde más al terreno de la propaganda  ideológica que al del conocimiento científico. El nivel del gasto  público social está muy por debajo del nivel de desarrollo económico del  país.

Veamos ahora otro argumento; el de que el déficit sustrae recursos al  sector privado. Tal postura ignora varios hechos. Uno de ellos es que  asume una impermeabilidad entre los dos sectores que es inexistente. El  gasto público puede ayudar al resurgir del sector privado cuando el  sector privado está en recesión. Hoy, la población española no gasta y  no consume como solía hacer antes de que se diera la recesión. En  realidad, la disminución de las rentas del trabajo como porcentaje de  las rentas totales explica que la gente haya tenido que endeudarse para  poder consumir. El endeudamiento (que ha sido muy beneficioso para la  banca, pues vive de ello) se pudo sostener por el elevado precio del  aval, la vivienda. Pero cuando la vivienda se colapsó, el aval bajó y  fue mucho más difícil poder continuar endeudándose. Y en consecuencia  bajó el consumo y al bajar éste, la producción de los bienes y servicios  que la población consume también bajó. A menor consumo, menor  inversión, y mayor destrucción de empleo. Y ahí está la raíz del  problema.



CUÁL ES LA SOLUCIÓN

La solución pasa por dos salidas. Una es que el gasto público aumente y  llene el vacío que se ha creado en la demanda. Y la mejor manera en que  el estado puede estimular la demanda es creando empleo con lo cual  contribuye a resolver, además del problema de la demanda, el mayor  problema social que existe en España que es el desempleo. El empleo  creado puede ser público o privado o los dos a la vez. Pero es  fundamental que el crecimiento del gasto fuera hacia la creación de  empleo.

 Otra manera de estimular la demanda es mediante la reducción de  impuestos, pero esta medida es muy ineficiente e incluso errónea. Los  economistas neoliberales usan la expresión “de poner más dinero en el  bolsillo de la gente” para justificar su demanda de recortes de los  impuestos. Pero se olvidan de preguntar ¿de qué bolsillos? Los que se  benefician más de la reducción de impuestos son las rentas superiores  que, al conseguir más dinero ahorran más de lo que consumen, pues ya  tienen tanto que lo que les llega de más, lo ahorran. Son las clases de  rentas más bajas las que consumen todo lo que les llega de más, pues  siempre van cortas de dinero. Pero, las clases populares no son las que  se benefician más de tales recortes de los impuestos. La mayoría del  estímulo económico que el gobierno español realizó para salir de la  crisis se basó en la reducción de impuestos y transferencias  individuales del mismo tamaño para individuos de rentas muy dispares, lo  cual, como he indicado en varias ocasiones, tuvo un impacto estimulante  relativamente menor del esperado. Lo que debe hacerse, pues, es no  reducir los impuestos de la banca y de las grandes empresas y de las  rentas altas (cuyos ingresos han continuado ascendiendo en progresión  geométrica), sino aumentárselo y con el dinero conseguido crear empleo.  Esta creación de empleo y aumento del gasto público en servicios  públicos del estado del bienestar y en infraestructuras aumentaría la  demanda, estimulando el sector privado. No es pues, que el sector  público absorba y reste recursos al sector privado, sino que lo ayuda y  complementa.


LA CREACIÓN DE BANCAS PÚBLICAS

La otra medida es crear bancas públicas (a base de incrementar los  impuestos a la banca privada y a las transacciones a corto plazo, es  decir, la famosa tasa Tobin) que garantice la disponibilidad del crédito  a pequeños empresarios y a la ciudadanía en general.

Tales medidas aumentarían el crecimiento económico que es, por cierto,  la mejor manera de reducir el déficit del estado. Es erróneo para la  economía, el continuar el intento de disminuir el déficit del estado a  base de recortar el gasto público, pues ello, ralentiza todavía más el  necesario crecimiento económico.

Los neoliberales niegan la posibilidad de que se aumente el gasto  público, aduciendo –como he dicho antes- que no tenemos dinero para  pagarlo. Uno de los más estridentes representantes de esta ideología  incluso tiene un blog que se llama “Nada es gratis”. Ya he indicado que  esta postura responde a un dogma que se reproduce a base de ideología y  fe, en lugar de evidencia. España tiene el mayor fraude fiscal de la  UE-15 (mucho de tal fraude realizado por la Banca que financia a FEDEA y  el blog Nada es gratis) y la mayor regresividad fiscal. Consecuencia de  ello es que el Estado español es el que ingresa menos recursos. Sólo el  33.3% comparado con el 46.3% (impuestos recaudados como porcentaje del  PIB, 2008, según OCDE) en Suecia, uno de los países más competitivos hoy  en el mundo.


En realidad, el subdesarrollo económico y social de España se basa  precisamente en el escaso desarrollo sector público, y la pobreza de su  infraestructura y de sus servicios públicos. El argumento que tales  voces neoliberales de que el sector público está hipertrofiado no se  sustenta a base de los datos. En España sólo el 9% de adultos trabajan  en el sector público. En Suecia, es el 22.5%. ¿Hasta cuándo continuará  el dogma neoliberal que está creando tanto dolor en España?


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