La verdad es que no sé bien ni cómo decíroslo porque acabamos de enterarnos por, Juanita, su compañera, nuestra amiga. Y estamos rotos y no tenemos fuerza para más. Sólo quiero que todos lo sepáis cuanto antes, para que, si podéis, acudáis mañana al cementerio de Torrero de Zaragoza, donde en la capilla nº 2, a las 12:15, se realizará una ceremonia de despedida de quien fue nuestro maestro y amigo Rolando Mix Toro, uno de nuestros grandes poetas, chileno y aragonés.
Rolando Mix, in memoriam
Nos habíamos visto hace muy poco, el pasado sábado en Zaragoza. Nos saludamos como siempre, con un abrazo y un par de besos, porque Rolando siempre saludaba así, dándote todo su calor, entregándose como se entregó en vida con sus obras y con sus palabras. Nos despedimos luego con un fuerte abrazo y me quedó la alegría de verle feliz, emocionado por las palabras que le había dedicado (justas, aunque escasas tal como ahora lo veo), y un poco de tristeza por no poder aprovechar para disfrutar de su conversación y su presencia. No hubo más. Juanita nos explicó que tenían que irse pronto, que Rolando tenía algunas molestias últimamente. Nunca pensé que fuera la última vez.Ahora, poco después de saberlo por Juanita, por Itziar que casi no me lo podía decir entre lágrimas, no puedo pensar sino en esa última vez, en el breve encuentro después de meses sin vernos. La distancia y la rutina dificultaban esa cita tantas veces prometida. Porque Rolando me telefoneaba y me escribía periódicamente, me regalaba sus palabras, su sincera cortesía de amigo fiel que necesita oír, tocar, abrazar a quienes quiere.
Ahora, no sé qué hacer con tantos abrazos postergados, guardados ya para no sé cuándo, para no sé dónde. Decir que sus palabras nunca morirán, nunca se irán con él, es un pobre consuelo.
Se fue ayer y se llevó con él la dulce vibración de su voz, su sensualidad de hombre del sur. Murió pobre, como había anunciado, pero nos hizo inmensamente ricos con su sabiduría, su amor y su poesía.
Chiss
Calladito
que te vas
que no regresas.
A hurtadillas
saliendo
anónimo
del medio.
Cruzando
desconocido
calles,
entre deconocidas
caras
y avenidas.
Que te vas
y te llevas
todo contigo.
Toda la nada
de las cosas
que posees.
Toda la nada
de todo
lo que tienes
en pensamiento,
en sentimiento,
en nomeolvides.
Calladito,
sin hacer
un aspaviento,
sin proferir
un ay,
sin un lamento.
Qué se llamó,
quizás
qué se llamaba.
Se fue callado
porque nadie oyó
si así se fue
o de otro modo.
Digamos
que sufrió
una fuerte atrofia,
que se le disolvió
la vida
en el destierro,
digamos
que los ojos
se le abrieron
más que la boca.
Calladito
se fue yendo
poco a poco
al no poder
regresar
a seguir
en silencio
escribiendo
versos,
indóciles,
diversos.
Rolando Mix, Tras la palabra.
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